
Incesto es la práctica de relaciones sexuales entre parientes. El grado de relación en el que quedan prohibidas las relaciones sexuales varía según las culturas y los períodos históricos. La gran mayoría de las legislaciones del mundo consideran (por alguna razón) el incesto como delito, aún si es practicado con "mutuo consentimiento" entre mayores de edad.
Uno de los principales motivos por los que el incesto ha sido prohibido a través de la historia es que muchas personas sostienen que los seres humanos que nacen como fruto de una relación incestuosa corren un mayor riesgo de desarrollar retrasos mentales como consecuencia de los llamados "genes recesivos".
En efecto, el incesto reduce la necesaria variabilidad genética, que permite la supervivencia de una especie, pero existen razones aún más estructurales: la práctica del auténtico incesto (en primer grado, relaciones coitales del tipo: padre/hija; madre/hijo; padre/hijo; madre/hija, o de segundo grado: relaciones coitales entre hermanos consanguíneos) a corto o mediano plazo afectan al desarrollo de la cultura, al impedir o dificultar la exogamia. Esto ha sido demostrado por varios científicos; entre las demostraciones más claras se encuentra la dada por C. Lévi-Strauss. En toda la historia se encuentran sólo tres excepciones a la interdicción universal del incesto, tres excepciones que hacen la regla: las de las monarquías del Antiguo Egipto; la de los monarcas del Tawantinsuyo y las de los antiguos monarcas hawaianos. En todos los casos primaba una razón de Estado que se podía resumir en el intento de mantener concentrado el poder en una familia (dinastía); por esto tales incestos solían ser nominales (era frecuente la poliginia por parte de los varones de esas parejas de incesto legalizado); y en cuanto a 'solución', curiosamente, tales incestos concluían frecuentemente en guerras fratricidas.
Lo reseñado nos explica por qué, junto con el canibalismo el incesto sigue siendo considerado como uno de los tabúes más extendidos en las diferentes culturas.
Uno de los principales motivos por los que el incesto ha sido prohibido a través de la historia es que muchas personas sostienen que los seres humanos que nacen como fruto de una relación incestuosa corren un mayor riesgo de desarrollar retrasos mentales como consecuencia de los llamados "genes recesivos".
En efecto, el incesto reduce la necesaria variabilidad genética, que permite la supervivencia de una especie, pero existen razones aún más estructurales: la práctica del auténtico incesto (en primer grado, relaciones coitales del tipo: padre/hija; madre/hijo; padre/hijo; madre/hija, o de segundo grado: relaciones coitales entre hermanos consanguíneos) a corto o mediano plazo afectan al desarrollo de la cultura, al impedir o dificultar la exogamia. Esto ha sido demostrado por varios científicos; entre las demostraciones más claras se encuentra la dada por C. Lévi-Strauss. En toda la historia se encuentran sólo tres excepciones a la interdicción universal del incesto, tres excepciones que hacen la regla: las de las monarquías del Antiguo Egipto; la de los monarcas del Tawantinsuyo y las de los antiguos monarcas hawaianos. En todos los casos primaba una razón de Estado que se podía resumir en el intento de mantener concentrado el poder en una familia (dinastía); por esto tales incestos solían ser nominales (era frecuente la poliginia por parte de los varones de esas parejas de incesto legalizado); y en cuanto a 'solución', curiosamente, tales incestos concluían frecuentemente en guerras fratricidas.
Lo reseñado nos explica por qué, junto con el canibalismo el incesto sigue siendo considerado como uno de los tabúes más extendidos en las diferentes culturas.
Fuente: Wikipedia
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