jueves, junio 29, 2006

Normalidad - Anormalidad

El concepto de sexualidad y su ubicación dentro del esquema de la salud y la calidad de vida humanas ha cambiado mucho en los últimos tiempos. Por ello, algunas realidades se encuentran todavía en discusión en ese campo. Muchos expertos no creen poder establecer un límite estricto entre la normalidad y la anormalidad sexual, siendo la realidad particular en cada individuo un sistema absolutamente diferente a los demás.
Algunos proponen el criterio de la buena adaptación social como el único que define la situación. No obstante, existen algunas definiciones de la ciencia acerca de los comportamientos sexuales considerados normales y aquellos cercanos a la patología.
Pero, ¿a qué llamamos perversiones sexuales?
Son actitudes sexuales que se caracterizan por intensas fantasías no convencionales, ya que involucran a objetos o seres no humanos, a personas que no podrían constituir una pareja sexual (como los niños), sentimientos humillantes o dolorosos, etc. Estas fantasías se dan en forma repetida, llevando a la concreción de actos que las involucren, y provocando un malestar personal y social, que puede afectar la vida laboral o de relación.
Uno de los criterios a considerar es que la falta de una de estas fantasías impida al individuo excitarse, imposibilitándolo de mantener relaciones sexuales convencionales o de llegar al orgasmo. Es común que sin ese estímulo, estas personas no logren la excitación ni el orgasmo.
Es necesario diferenciar estos casos de las denominadas "parafilias" que, diferentes al modelo de la sexualidad heterosexual, monogámica y reproductiva, no constituyen desviaciones ni patologías. Son diferentes modalidades sexuales alternativas, perfectamente adaptadas a la vida social y de relación. En esta categoría entran, por ejemplo, la homosexualidad masculina y el lesbianismo.
Hay que distinguir también entre los casos de perversión y aquellas personas que incorporan a sus prácticas sexuales habituales cierta cuota de fantasías (como los fetiches sexuales o el exhibicionismo), sin por ello depender exclusivamente de estas fantasías para poder gozar del sexo.

¿Cuáles y porqué?
Consideramos perversiones a aquellas realidad sexuales donde está alterada la capacidad de dar y recibir afecto, de crear y disfrutar de una intimidad emocional y sexual recíproca con una pareja, porque la excitación y el goce pasa por la presencia o no de las fantasías a las que hemos hecho referencia. Esto causa una inadaptación emocional e interpersonal que provoca un intenso sufrimiento a las personas afectadas.
Las perversiones consisten en:
• Necesitar para gozar una pareja inadecuada o personas que no consienten el acto sexual. Es el caso de la pedofilia (excitación con niños) y la necrofilia (excitación con cadáveres).
• La inclinación hacia otros seres, como los animales. Es el caso de la zoofilia o bestialismo.
• La necesidad de dominar o someterse en un tipo de relación humillante, que lleva incluso a sufrir o aplicar flagelación, como en el caso del sadismo y el masoquismo.
• También puede orientarse hacia prendas de vestir, objetos o atributos como pelucas, uniformes, lencería, etc., lo cual se denomina fetichismo; u otros objetos como las heces en la coprofilia.
• Por último, la actitud que necesita del ver o mostrar para poder alcanzar la excitación. Es el caso del voyeurismo y del exhibicionismo respectivamente.
La mayoría de ellas son mucho más frecuentes en los hombres que en las mujeres, sin que se encuentre absolutamente definida la causa de esta desproporción. Algunos expertos lo explican mediante problemas o eventos no resueltos en el proceso de transferencia que el hombre debe hacer durante el periodo edípico, lo cual tornaría más vulnerable al varón.

sábado, junio 17, 2006

La Pederastia (hay que luchar contra ella, pero sabemos lo que es?

En los últimos meses, nos estamos enfrentando a noticias cada vez más frecuentes relacionadas con el abuso sexual a menores.

Dos son los términos que se relacionan con los agresores de estas acciones, pederastas y pedófilos (paidófilos). Aunque etimológicamente sí podemos encontrarnos diferencias en su significado, desde el punto de vista clínico, si consultamos el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSMIV) sólo se utiliza el término de pedofilia.

La pedofilia se incluye en el apartado de los trastornos sexuales, compartiendo capítulo con el resto de la parafilias (exhibicionismo, fetichismo, frotteurismo, masoquismo sexual, sadismo sexual, voyeurismo, etc.)

Para considerar a una persona dentro de esta categoría clínica, debe ser mayor de 16 años y ha de ser por lo menos 5 años mayor que la víctima. Estas personas declaran sentirse atraídas por niños dentro de un margen de edad específico. Aquellas personas que se sienten atraídas por chicas las prefieren de edad más joven (en torno a los ocho años), que aquellos que optan por los niños.

Las actividades que se realizan en estas relaciones pueden ser desde el desnudo y la observación
hasta casos más agresivos que implican la penetración.

Muchas veces el agresor racionaliza los abusos diciendo que el niño/a fue quien provocó dicha relación, o que este tipo de conductas tiene un gran valor educativo para el niño o que el niño también obtiene placer en ellas, etc.

Muchas personas sufren al realizar este tipo de comportamientos ya que los entienden como inmorales, no aceptables socialmente, sintiendo vergÅenza, y sentimientos de culpabilidad. A otros, sin embargo, no les causa la más mínima molestia.

Algunas personas amenazan al niño para evitar que hablen, otras se ganan la confianza del menor con atenciones y afectos con el fin de que guarde el secreto.

Porqué?

Las explicaciones que intentan entender este tipo de comportamientos son diferentes en cada caso, pero podemos destacar las siguientes.

En algunos casos, la razón por la cual estas personas optan por este tipo de comportamientos es porque presentan una gran dificultad para relacionarse con los adultos, o incluso temor a relacionarse sexualmente con ellos ya que este tipo de relaciones les generan una gran ansiedad e inseguridad. En las relaciones con los niños son ellos quienes tienen el control y el poder.

En otros casos, la figura del niño tiene un gran valor emocional para el agresor, de forma que determinadas necesidades de estos adultos se satisfacen en contacto con los niños. Estas necesidades pueden tener su origen en una baja autoestima, en inmadurez emocional, en traumas infantiles, en el deseo de controlar la relación, etc.
Algunos agresores han sido víctimas en su infancia de abusos sexuales. En estos casos, los agresores han aprendido que este tipo de comportamientos resulta placentero al adulto y consecuentemente se excitan más con niños. Es más probable que una víctima se convierta en agresor, repitiendo los mismos actos.
A veces la explicación hay que buscarla en una falta de control sobre los impulsos debido a actuar bajo los efectos del alcohol, drogas etc.

Qué efectos pueden tener estos actos en las víctimas?

Al introducir al niño/a en actividades que no son propias de su edad se interfiere el desarrollo normal y saludable de su sexualidad. Pueden conllevar una pérdida de sentimientos de confianza y seguridad en posteriores relaciones. Incluso la víctima puede llegar a sentirse culpable por lo que le está ocurriendo. En cualquier caso la repercusión dependerá de una serie de factores como la duración del abuso, el apoyo emocional de la familia, que el agresor sea o no de la familia, el tipo de abuso al que se ha estado sometido, etc.

Qué conclusión podemos extraer de estos acontecimientos?

Debemos pensar que este tipo de conductas es más frecuente cada día o más bien es consecuencia de que ahora se está descubriendo lo que siempre ha existido? Hoy los números cantan, apoyados en el eco de los medios de comunicación y de una sociedad más abierta y liberal. Antes los números también existían pero se enmudecían por el miedo al que dirán, la vergÅenza, el tabú, la negación y solamente se susurraban de oído a oído. Desgraciadamente existe el sida, las enfermedades de transmisión sexual, los embarazos no deseados, los complejos, unos modelos de belleza atosigantes. Afortunadamente existe la atracción, el deseo, el amor, los sentimientos, la caricia, la pasión. Entonces, cómo podemos poner en duda la necesidad de una adecuada educación sexual para nuestros hijos e incluso para nosotros mismos?. Y si no dudamos de su conveniencia, qué hacemos que no la ponemos en práctica?, y si no la ponemos en práctica porqué nos sorprendemos de las estadísticas?

Blog de contenido dudoso

Parece ser que la estrechez de miras de algunos, ha llevado a que a partir de ahora, al entrar aqui recibais el aviso de que el blog tiene un contenido dudoso, nunca dejará de sorprenderme que lo que unicamente pretende ser informar y dar a conocer aspectos de algo tan universal como el sexo, pueda ser censurado, perseguido y denunciado, pero aqui seguimos, lamento las molestias que os pueda causar

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